La segunda charla: Somos una empresa, nada más

Bueno, no sé cómo empezar, pero estoy muy indignado. Nos ha dado una charla un director del colegio Carmelitas de Elda, y bueno, si estuviera en Administración y Dirección de Empresas y me interesara solo ganar clientes, números, y no pensar en si son personas o negocio, pues chapó, este hombre es un crack, nos ha dado las claves del éxito para montar la mejor empresa del mundo. El problema es que, sí, el colegio es una empresa, y nosotros "ganaremos dinero" por ofrecer nuestros servicios, pero eso lo diría quien no tiene vocación, el profesor que tiene que aguantar a sus clientes en clase y solo piensa en llegar a casa con un fajo de dinero. Y encima tenemos que ser los mejores, así que hay que fingir una sonrisa y saber vender el producto. Perfecto, somos el Corte Inglés, donde el cliente es tan importante... Le has quitado la magia a la vocación hombre de Dios, se ve que ya no existen valores, ni cariño, ni sentimiento ¿El factor humano es una invención de unos pocos o realmente existe? ¿En qué momento de su vida, este director dejó de ser un profesor (que no sé ni siquiera si lo es, ya que parece que cualquiera puede ser director de un colegio, aunque no le gusten los niños), para ser un banquero?

En fin, como conclusión, no anoté nada en la charla, y con eso me quedo.

Primera conferencia: Colegios que cambian los puntos de vista

La primera conferencia a la que asistimos fue la del director del colegio Casablanca de Elche, Juan Yáñez.

El colegio Casablanca, es muy "famoso" en Elche por ser un centro donde existe una interculturalidad bastante notable. Yo no lo cononcía, pero comentarios al aire decían que era un lugar muy difícil, para niños que no son demasiado afortunados en su vida, con familias desestructuradas. Y todo ello me chocó porque Juan empezó a hablar, y lo hacía con una media sonrisa y hablando muy claro, describiendo su colegio con pasión.

Este colegio, empezó siendo un centro de compensatoria, siendo necesario un 30% de los alumnos con necesidades especiales, pero lo curioso es que en el Casablanca se alcanza un 72%. 170 alumnos de 15 nacionalidades distintas (se dice pronto). Juan nos explicó que era un centro CAES, es decir, un Centro de Acción Educativa Singular, que están situado en una zona marginal. Esto ya podéis pensar lo que conlleva. Una de los baches que intentan controlar es el del absentismo escolar, a veces, sin conseguirlo porque son las propias familias las que no facilitan una dirección verdadera.

Este colegio está inmerso en varios programas de ayuda como programas de promoción del voluntariado, programas de acción mundial por la educación de mujeres y niños, campamento de verano, rumano para niños rumanos, programa contra la drogodependencia, y el más sonado, fue el de la bolsa de la merienda, ya que las propias familias no pueden darles nada a los niños para merendar, y es el colegio el que intenta garantizar la alimentación necesaria para los alumnos.

Estas cosas son las que a uno realmente le hace encogerse en el asiento y pensar que si fuera yo el profesor de allí, vamos me llevaba merienda para todos... pobres niños.

Pero lo mejor de todo, es que el colegio tampoco tiene dinero para hacer todo lo que hace...y al final consigue hacerlo, gracias al gran trabajo que realizan los profesores, al gran empeño, a las ayudas de la gente que se interesa.

Es un colegio...entretenido como decía Juan, porque el día que no pasaba nada, era muy aburrido. El director lleva muchos años allí metido y nos ha contado experiencias de todo tipo que nos ponía la piel de gallina, y lo mejor es que lo contaba, no con media sonrisa, sino con una de oreja a oreja, y le encantaba contar todo lo que vive, porque vive para los niños, y ya no solo enseñarles, sino motivar a aquellos que en muchos sitios serían más bien marginales o que no estarían.

Es una gran motivación para todos aquellos que estamos estudiando una carrera tan bonita, con tantas experiencias, con tanto riesgo, tan vocacional...

¡Gracias Juan!

El automóvil y su leyenda

Este es un cuento creado a partir de la historia de María Moliner y la curiosa historia de sus viajes en su Citröen, que del cual, he pensado realizar la historia del automóvil de una manera interactiva.